miércoles, 16 de junio de 2010

Capítulo 26-27-28-29

Cuando Sancho se fue curiosamente me empecé a sentir solo, algo que no esperaba. Me pasé bastante tiempo en el camino deambulando sin hacer nada, algo que me preocupaba ya que era un gran caballero que tenía que estar en acción. Lo hubiera hecho si Sancho no se hubiera ido ya que tendría a Rocinante. Finalmente encontré algo que hacer. Me dediqué a imitar mi queridísimo Amadís de Gaula, al decir varias de sus frases célebres y al actuar como él. Incentivé a la gente que me encontraba en el camino pero al parecer la idea no les agradaba. ¡Eso es algo inaudito! Esta gente parece tener una similitud con Sancho. Cuando me estaba preparando unas hierbas sentí que algo malo estaba por pasar y pensé en el trabajo que le dejé a Sancho.
Pasaron los días y cada vez me sentía más solo. Me costaba más encontrar los alimentos y ya no encontraba cosas para hacer ya que no podía hacer nada hasta que tuviera de regreso a mi gran corcel. Luego de días y de noches de sufrimiento, de gran aburrimiento, y de increíble lentitud, sentía que estaba a punto de perecer. Me desmayé y al despertarme me encontré con la voz de Sancho, algo que por primera vez me alegró inmesuradamente. Sancho me dijo que Dulcinea me quería ver personalmente, algo que no es posible ya que no soy lo suficientemente digno para ella, algo que Sancho no entendió. Sancho me dejó algo comida y regresó a la casa de Dulcinea. Cuando volvió me encontré con Sancho y la peculiar visita de la princesa Micomicona, Cardenio, y el cura y el barbero de mi pueblo, algo que lo explicaron como algo casual. La princesa Micomicona necesitaba mi ayuda para matar a un gigante que le estaba dando problemas. Dijo que no podía hacer otra cosa antes que matar al gigante. Por fin tenía mi primera aventura en días. Ha terminado lo que se puede decir como mi pequeño exilio del territorio de los caballeros. Cuando íbamos en el camino el cura me contó que algún idiota soltó a unos galeotes que él tenía encargado. Estoy seguro que son los que liberé pero no creo que sospeche de mí ya que soy un gran caballero. En fin estos últimos he venido de menos a más algo que siento que me merezco y de lo que estoy orgulloso.

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