domingo, 29 de agosto de 2010

Capítulo 38

Luego del suceso que sucedió con Dorotea me encontré con un cautivo. Este me pareció algo desdichado y pensé que tenía que levantarle la moral y que se diera cuenta de lo afortunado que era. Le conté que el soldado es el la persona más pobre del mundo. Tiene que sobrevivir con los mínimos recursos y aun así consigue aprovechar a su favor cualquier situación. También son los menos premiados y los primeros que mueren en las guerras. También le compare el trabajo de los soldados con el de los letrados. Los soldados trabajan más que los letrados pero reciben menor recompensa. Pero eso no significa que no se necesite a los letrados. Ellos hacen las leyes y son necesarios para mantener el orden y que los reyes gobiernen de la mejor manera. El cautivo se sintió mejor y se dispuso a contarme su historia.

martes, 24 de agosto de 2010

Capítulo 36-37

Al día siguiente me desperté con un gran dolor de cabeza. Me sentía desganado y no que ría salir de mi habitación, pero no fue así. Cuando todavía no había terminado de despertarme llegó Cardenio a mi cuarto diciéndome que había llegado una gente al castillo y que traían a una mujer misteriosa. La mujer estuvo en una silla a lado de mi habitación. Al rato cuando ya me había despertado totalmente, fui a hablar con Sancho. Necesitaba contarle mi experiencia a alguien, una historia tan excitante necesitaba ser contada. Le conté que el gigante que había matado, dejo grandes ríos de sangre. Sancho al escuchar esto reaccionó de manera sorprendente. Me empezó a decir que lo que había destruido eran cueros de vino y que los ríos de sangre no eran más que ríos de vino tinto. ¡Qué pena con Sancho! Porqué será que siempre sale con estas historias tan absurdas. Luego de una de nuestras típicas disputas Sancho me explicó lo que estaba sucediendo en el salón. Parece que la misteriosa mujer era Dorotea, no Micomicona como pensó Sancho en primer lugar. Ella estaba conversando con Cardenio y yo quería saber que estaba pasando. Cuando me dirigí a hablar con ellos un tal Fernando que estaba acompañando a Dorotea me detuvo. Fernando me dijo que no podía hablar con ella y luego le dijo a los otros habitantes del castillo que me iba a llevar a mi casa. Qué idea tan descabellada espero que esto sea una broma.

Capítulo 35

Sancho me avisó que tenía que salir rápidamente porque el gigante había llegado. Quería que mi victoria fuera sorpresa pero Sancho le avisó todos al ver que la pelea estaba intensa. Me pareció escuchar al cura levantarse de manera ruidosa pero al llegar donde yo estaba se quedó atónito. Al parecer el rey del castillo no le gustaba que atacara al gigante porque se abalanzó hacia mí propinándome una gran cantidad de golpes. Me quede sin reacción. Finalmente me lo quitaron de encima pero ese no fue el final de la tortura. Luego de eso me tiraron un balde de agua fría. ¡Qué pena con los ignorantes que no saben lo que hacen! Luego de eso insistí que debían disculparse conmigo y que por culpa de ellos el gigante se escapó. Pero que pasó, más ignorancia claro. Me llamaron loco y que no estaba peleando con un gigante, sino que estaba atacando a unos sillones. Ante tan insulto tuve que irme a mi habitación a dormir. Ellos se fueron a terminar de leer la historia del Curioso Impertinente la cual no está tan buena.

domingo, 22 de agosto de 2010

Capítulo 33-34

Me acerqué un poco para oír la historia bien. Luego de que el cura ordenara un poco el manuscrito empezó a contar la historia. La historia era del Curioso Impertinente. El cura contó que había una vez dos amigos, Lotario y Anselmo. La amistad de ellos era tan reconocida que se conocían como los dos amigos. Anselmo se casó con Camila, y quería hacerle una prueba de fidelidad. Anselmo quería que Lotario le diera regalos a Camila para probar su fidelidad a Anselmo. Lotario insistía que esto no era necesario ya que Camila era una gran mujer. Esto provocó como una clase de disputa entre ellos. Lotario creía que esto solo iba a confirmar la falta de confianza de Anselmo a su mujer, algo que no sería muy bueno. A pesar de todo Lotario accede a ser lo que Anselmo le pedía ya que sabía que si no lo hacía Anselmo iba a conseguir a alguien que lo hiciera. Luego de una semana en la que supuestamente Lotario se había encerrado con Camila, Lotario le contó a Anselmo charlas ficticias que se supone que tuvieron él y Camila. Anselmo lo acusó de culpable y lo obligó a hacerlo de nuevo. Pasaron 3 días y casi ni se hablaron.
En el cuarto día Lotario no pudo controlar sus sentimientos encontrados y le dijo a Camila lo que sentía. Ella también sentía algo parecido, aún así le conto en cartas a Anselmo lo que pasaba y Lotario feliz de su plan le contestaba que ya iba por ellos. Cuando Lotario habló con Anselmo este le confirmó la pureza de su mujer y que esta le rechazaba sus proposiciones sin cesar. Cuando Camila estuvo sola con su criada le contó todo lo sucedido, el verdadero amor de Lotario entre Camila. De esta manera se aseguraba de si Lotario decía algo su criada, Leonela lo sabría todo. Es por eso que planeararon un encuentro entre los tres para hacer un acuerdo y que no hubiera malentendidos. Al final de esta reunión Lotario se encuentra con Anselmo y le cuenta de la pureza de su mujer y este le agradece por ser tan buen amigo. Hasta ahí fue que le puse atención porque Sancho se me acerca contando unas noticias impresionantes.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Capítulo 32

Al final de camino llegamos al castillo donde tuvimos una mala pasada. Era el primer castillo al que fui. Yo me acomodé con Sancho a un rincón del lugar para no estorbar a los nobles y así esperar mi llamado a actuar contra el gigante. Cuando estaba esperando pude alcanzar oír al cura y al barbero conversar con los habituales nobles residentes y el rey del castillo. Escuché que estaban discutiendo acerca la realidad de las historias de caballeros. ¡Qué pena con estos brutos, como si no supieran que tienen uno al frente! Lo más curioso de todo es que el cura y el barbero, los que conozco, aseguraban que las historias eran invenciones de los escritores. Los nobles y el rey pro la otra parte decían que las historias tenían que tener alguna base, por ende son ciertas. El cura y el barbero enojados dijeron que todos los libros de caballería del castillo debían ser quemados. Buscando libros encontraron un manuscrito de una historia de caballería llamada el Curioso Impertinente. Los que estaban a favor pidieron que se leyera. A pesar de no haber escuchado nada acerca esa historia me gustaría oírla y ver como se prueba la realidad de las historias.