lunes, 14 de junio de 2010

Capítulo 24

El día siguiente finalmente conocimos aquel señor misterioso gracias al gentil cabrero. El hombre se llamaba Cardenio. Cardenio nos comentó que su historia comienza cuando se enamoró de Luscinda, una joven del pueblo. Ambos eran de familias ricas por lo que Cardenio necesitaba el consentimiento del padre de Luscinda. Una vez que lo consiguió el padre de Luscinda le dijo que en orden para casarse con Luscinda tenía que ir la casa del Duque Don Ricardo. Cuenta Cardenio que en una de las cartas que Luscinda le mandaba le decía que llamara a Amadís de Gaula. El nombramiento de este personaje el cuál idolatro me sorprendió. Tenía que aprovechar que el nombre de Amadís de Gaula viniera a la historia para contar algo acerca de él para engrandecer su figura. Sentía que era mi deber ya que fue por él mayormente que me convertí en caballero. Luego de contarles sobre el grandioso Amadís de Gaula, Cardenio continuó con su historia. La verdad fue que no le puse tanta atención hasta que nombró a la reina Madasima. Al hablar el de ella me sorprendió, ya que su nombre no entraba en el contexto de la historia. Esto cambió mi manera de ver el hombre y como pensar sobre él y pensé de nuevo en lo que había dicho el día anterior el cabrero, el hombre está loco. Siendo él una persona así le traté como debería ser tratado, un hombre loco. Para afirmar su locura de repente me golpeó con un guijarro que tenía a su lado. ¡Qué pena con Cardenio!

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