sábado, 12 de junio de 2010

Capítulo 22

Luego de la charla que mantuve con Sancho acerca de nuestro futuro, nos encontramos nuevamente con la aventura en nuestro camino. Nos dimos cuenta que unos comisarios y unos presos que venían detrás de ellos venían por el camino hacia nosotros. Decidí que tenía que averiguar porque los presos estaban presos. Sancho y yo nos salimos del camino para interrogar a los presos sin que los comisarios armados se dieran cuenta, a pesar de que Sancho me intentó explicar que eso no era de mis asuntos y que tenía que dejarlos en paz. Cuando llegué donde los presos me explicaron que iban a trabajar en las galeras del rey. También me explicaron porque habían sido condenados a esta pena. Me pareció que sus historias no eran dignas de para que se les castigara con esa pena. Les abrí los cerrojos juntos luchamos contra los comisarios. Nunca había estado en una batalla que fuera tan fácil. Al terminar les dije que fueran con mi amada Dulcinea del Toboso y les contra que el "Caballero de la Triste Figura" Don Quijote los había liberado de sus penas y condenas. Entonces algo sorprendente sucedió. Los expresos atacaron a Sancho y a mi persona. Nos dejaron prácticamente con nada. Lo peor de todo fue que Sancho me advirtió de esto. Nunca había vivido una traición de esta magnitud.

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