domingo, 5 de septiembre de 2010

Capítulo 42

Luego de la historia del cautivo todos nos callamos un rato callados en el castillo. Me sentía algo desolado por lo contado, como si me hubiera pasado. Al rato apareció en el castillo un hombre llamado Odior con una joven de dieciséis años. Una vez que se presentaron algo impresionante pasó. Resulta que el cautivo era hermano de Odior, y que la joven que lo acompañaba era su hija. ¡Qué impresionante que han sido los sucesos estos últimos días! Una vez que esto se supo el cura tomo el orden. Presentó a los hermanos y arregló un acuerdo. El acuerdo decía que el cautivo, que resulta que era un capitán, y Zoraida, la de la historia, se fuese con Oidor y su hija a Sevilla y una vez allí avisarían al padre de la mora, Zoraida, para que asistiera al bautismo y a las bodas de su hija. Una vez que se decidiera el asunto y que todos opinaran acerca lo sucedido todos se fueron a sus aposentos menos mi persona. Era mi deber como el único caballero del castillo quedarme despierto para vigilar el castillo. A la mitad de la noche me pareció escuchar un canto bellísimo que venía del castillo. Se puede decir que ese fue un gran día.

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