martes, 27 de abril de 2010

Capítulo 5

Me desperté por la voz de un hombre el cual me reconoció como Alfonso Quijana, el hombre que yo era antes. El señor me estaba despertando porque al parecer me había quedado inconsciente luego de caer en la trampa que aquellos gigantes me tendieron. El señor me dijo que me iba a llevar a que me curaban. Durante el recorrido le estuve recitando algunos versos de caballería para que él entendiera lo que era y que yo no era más Alfonso Quijana. Al llegar al pueblo me di cuenta que habíamos llegado a mi hogar. Al entrar a mi casa me encontré con mi sobrina, la criada, el cura y el barbero. Todos se mostraban muy consternados por mis heridas, por eso me atendieron lo más rápido posible. Luego de que me cuidaran las heridas, les expliqué como Rocinante había caído en la trampa de los gigantes. Esto pareció desagradarles, como si pensaran que estuviera mal de la cabeza.

viernes, 23 de abril de 2010

Capítulo 4

Luego de irme del castillo me encontré en mi camino una situación justa para comenzar a valer mi condición de caballero. La situación era que un señor estaba golpeando a un niño indefenso. Me acerqué y le pregunté al señor porque estaba golpeando al joven. El señor dijo que lo estaba castigando por perder a las ovejas. El niño se defendió acusando al señor de no darle la paga por los últimos siete meses. Luego de esto obligue al señor a jurar de que no volvería a pegar al niño y que le pagara. Más tarde en el camino me encontré a unos gigantes. Por alguna razón de la cual no me acuerdo les empecé a contar sobre mi bella Dulcinea. Me parece que estaban malhumorados ya que empezaron a blasfemar a mi bella Dulcinea. Les ataqué, pero con mala suerte ya que al parecer le había tendido una trampa a Rocinante, causando que tropezara y cayera encima mi cuerpo.

jueves, 22 de abril de 2010

Capítulo 2-3

El día con el cuál todo empezó, salí de mi casa cuando el sol apenas se asomaba por el horizonte. Con este hecho empezaba a cumplir mi sueño de ser caballero. Marchaba tranquilo con mi fiel corcel Rocinante, cuando me acordé que ni siquiera había sido nombrado caballero. Esto me intrigo bastante, ya que no podía creer que se me haya olvidado que no había sido nombrado. Por eso, apresuré el paso en busca de un castillo en el cual pudiera ser nombrado. Para el atardecer me encontré en la entrada de un hermoso castillo. En la entrada estaban dos preciosas doncellas las cuáles se reían curiosamente sobre mis preguntas, parecía que mis preguntas eran absurdas para ellas. Al final no importó ya que entré al castillo y me trataban como si fuera un rey; hasta el rey del castillo me servía como de sirviente. Todos eran muy atentos conmigo y se lamentaron profundamente de no complacerme el deseo de velar mis armas en la capilla ya que no estaba terminada. Por eso me llevaron a un cuarto de armas el cuál olía muy raro. Todo marchaba bien cuando de repente me pareció escuchar dos bandidos. ¡Los muy canallas estaban tratando robar mis armas! Por eso tuve que recurrir a la pelea. Sentía que iba ganando cuando de repente me desperté y el rey estaba castigando a los bandidos. El rey muy apenado me solicitó permiso para que me pudiera nombrar caballero. Era el algo temprano para eso pero estaba a punto de amanecer entonces accedí al nombramiento. El rey me nombró con dos toques de la espada en los hombros. Las doncellas se mostraron asombradas algo que me intrigó ya que antes parecían burlarse de mí. Inclusive ofrecieron servirme de por vida. Las nombré por Doñas y me fui al amanecer en busca de aventuras.

lunes, 19 de abril de 2010

Capítulo 1

Yo soy el Quijote de la Mancha. De seguro tienen que haber oído algo acerca de mí. Yo fui el personaje el cuál revolucionó el mundo de la literatura, algo que sinceramente no logró saber como lo hice ya que dicen que soy loco y a la vez genio y un personaje cautivante. Qué te parece si te cuanto mi historia personalmente. Para cuando todo empezó mi criada tenía alrededor de 40 y mi sobrina alrededor de 20. Nosotros vivíamos en mi hacienda, ya que yo era un hidalgo algo adinerado, sería adinerado de no ser por excesiva búsqueda y compra de libros de caballería, los cuales simplemente me fascinan. Siempre pensé que podría vivir una vida de caballero hasta que un día me decidí y planeé salir el día siguiente a primera hora, ya que estaba completamente seguro de que a mi familia no le agradaría para nada la idea. Primero me busqué un nombre para que fuera reconocido mundialmente, un nombre el cual mis enemigos temblaran al escucharlo y mis amigos me recuerden con cariño. De esa manera llege a ponerme Don Quijote de la Mancha. Quijote porque es una variación de mi nombre real, Alfonso Quijana, y de la Mancha por que de esta manera emulo a uno de mis caballeros favoritos, Amadís de Gaula, al poner mi lugar de procedencia. A mi bello corcel le puse para esta aventura Rocinante, nombre digno para semejante caballo. Luego busque ponerle nombre a mi amada, ya que todo caballero le dedica todas sus victorias a su amada, y así a Aldonza Lorenzo, una señora del pueblo, la nombré por Dulcinea del Toboso. Así luego de limpiar las armas y armaduras de mis bisabuelos, deje todo listo para salir al amanecer. De esta manera concluye mi primer suceso como caballero.