martes, 27 de abril de 2010

Capítulo 5

Me desperté por la voz de un hombre el cual me reconoció como Alfonso Quijana, el hombre que yo era antes. El señor me estaba despertando porque al parecer me había quedado inconsciente luego de caer en la trampa que aquellos gigantes me tendieron. El señor me dijo que me iba a llevar a que me curaban. Durante el recorrido le estuve recitando algunos versos de caballería para que él entendiera lo que era y que yo no era más Alfonso Quijana. Al llegar al pueblo me di cuenta que habíamos llegado a mi hogar. Al entrar a mi casa me encontré con mi sobrina, la criada, el cura y el barbero. Todos se mostraban muy consternados por mis heridas, por eso me atendieron lo más rápido posible. Luego de que me cuidaran las heridas, les expliqué como Rocinante había caído en la trampa de los gigantes. Esto pareció desagradarles, como si pensaran que estuviera mal de la cabeza.

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